Independencias Hispanoamericanas y el MITO del Buen Salvaje al Buen Revolucionario.
Dilemas de las independencias Hispanoamericanas: Entre 1808 y 1815 se plantea el primer dilema: ¿ser independientes o no?
Algunos en ciudades como Buenos Aires, o Caracas querian serlo y aprovechar el momento y la coyuntura histórica para hacerlo. Pero también muchos sostenian una posición intermedia, en Mexico, en Buenos Aires, en Guatemala, que era la de decirle a Madrid algo asi como: “Miren, no queremos independizarnos, somos la misma gente, pero queremos otro estatus, tener una verdadera libertad de comercio (eso lo sostenian sobretodo las ciudades portuarias) queremos poder comerciar con los ingleses que tienen mercaderias mas baratas, queremos participación en el gobierno local, una ruta hacia la autonomia”, cabe recordar que fue la Constitución de Cadiz la que ensayo ese camino pero no pudo concretarlo, los delegados hispanoamericanos en Cadiz tenian ese planteo en mente, pero el imperio Español estaba herido y no parecia tener la capacidad de adaptación ni los hombres necesarios para llevarla a cabo, ya no se podia mantener un imperio tan vasto de una manera centralizada.
El segundo dilema era: el sujeto, ¿quienes nos independizamos? ¿la ciudad de buenos aires, la provincia, la Argentina, el Virreinato del Rio de la Plata en su conjunto? y asi en todas partes, ¿cual es la unidad politica? esto no se podia resolver claramente, ya que: Desde el punto de vista de lo que es la cultura, la tradición, lo que es la religión, el idioma, lo que es las raíces… somos una sola nación. Se lo dice una persona que ha vivido en cinco o seis de estos países, se ha sentido cómodo en todos, y aquí se siente como un guatemalteco más, sin tener que hacer ningún esfuerzo de adaptación especial, sin tener que aprender ningún idioma, sin tener que cambiar sus costumbres en forma radical… Es decir, realmente, todavía, doscientos años después, somos culturalmente una nación.
El tercer dilema: la forma de gobierno. La usual era la monarquia absoluta (China, Francia) otra forma era la monarquia constitucional o parlamentaria (Inglaterra) donde el rey era una figura que encarnaba a la nacion mas que al gobierno, y el otra era la republica (Estados Unidos) construyendo de la nada las instituciones. Al final, todo parecia impracticable. Y lo que se crea son republicas si, pero republicas sin inspiración y sin tradición republicana, lo cual termina siendo la causa de tantas guerras civiles, levantamientos, motines, asonadas, caudillos absolutos que son peores que reyes limitados solo por el caudillo que esta en frente. Y asi ocurrio en las decadas que se vivieron entre 1820 y 1850-1860. Decadas donde las fronteras cambiaban, donde se disolvieron y se volvieron a integrar las Provincias Unidas del Sur por ejemplo.
Y de alli surgirian dos dilemas nuevos: ¿una republica centralista o federal? lo habian ya intentado las Provincias Unidas del Sur y eso terminó en guerra civil por dos veces, ya que las provincias se rebelaban contra el centro, y se volvia de nuevo al problema original: cual es nuestra nación?. Al final nos quedamos con muchas republicas al menos de apariencia, con muchas constituciones ya que cada vez que alguien tomaba el poder cambiaba la constitución para mantenerse. Republicas que un siglo despues comenzarian a funcionar como tales. No se lograron confederaciones y los elementos intermedios que se intentaron fracasaron.-
-/ Extracto de una charla del historiador Carlos Sabino en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala.-
“La América Española en cambio, a pesar de su inmensidad geográfica y su aparente heterogeneidad, es un conjunto identificable, con suficientes rasgos comunes como para que sea útil generalizar sobre él, una subdivisión “clara y distinta” del mundo en que vivimos” La visión de “el buen salvaje” había sido ya expuesta por Rousseau, al asumir que el hombre era bueno por naturaleza pero la sociedad era quien lo corrompía. El indigenismo surgido en el siglo XX explotaría con gran fuerza la tesis del indígena “puro”, que fue víctima de la opresión del pueblo europeo. Ya desde el siglo XIX la leyenda negra había tratado de explotar la visión negativa del pasado colonial y de la inocencia de los pueblos indígenas hoy americanos.
Por causa del mito del Buen Salvaje, Occidente sufre hoy de un absurdo complejo de culpa, íntimamente convencido de haber corrompido con su civilización a los demás pueblos de la tierra, agrupados genéricamente bajo un mismo calificativo, los cuales sin la influencia occidental habrían supuestamente permanecido. Se obvia de esa forma todo lo positivo que trajo el aporte occidental. Todavía en la actualidad en los discursos políticos o indígenas se insta a Occidente a pedir perdón por la conquista de América. Es difícil asumir la América hispana solo como parte de una herencia histórica, ya que es producto de una mezcla cultural.
El mito de la pureza indígena y el conquistador visto como villano, tergiversa la historia. Hay a su vez un complejo de víctima y uno de vergüenza por ser el resultado de un proceso traumático para las sociedades originarias. La mayoría de los proyectos esbozados recientemente por los gobiernos que impulsaron el socialismo del siglo XXI, se basaron precisamente en esa idea de revalorar el pasado indígena en contraposición a la herencia europea occidental.-
-/ Extacto de un analisis del libro de Carlos Rangel “Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario”.-